TENDENCIAS DE CONSUMO CONTEMPORÁNEAS

A continuación se presentan las tendencias actuales que está soportando el retail causado por los hábitos de consumo existentes. Las empresas deben estar dispuestas a cambiar su manera de atraer al cliente, el juego de la seducción evoluciona.

Clasificar al consumidor actual en base a su estilo de vida y sus preferencias, te permitirá estar al corriente de las nuevas modas, de la evolución de la sociedad y un paso por delante de la competencia.

En opinión de Euromonitor International, el sector del gran consumo se está presentando este año 2017 en una combinación de tendencias arraigadas y nuevas corrientes que están suponiendo un reto a los hábitos de compra tradicionales.

Según la consultora, el consumidor del 2017 está siendo más difícil de calificar debido a una identidad multidimensional y variable, estando los compradores más dispuestos a contribuir en la definición de sí mismos y sus necesidades.

Tener acceso al mundo gracias a una ventana llamada Internet ha modificado nuestra manera de consumir, y evidentemente nos ha modificado a nosotros como consumidores.

Dejando las valoraciones a un lado sobre esta cuestión, no por ello poco interesantes, a continuación se citan algunas de las tendencias globales de consumo que se están desarrollando actualmente.

1.- Post-compra: ya se hacía referencia en el anterior artículo sobre lo fundamental que resulta la experiencia posterior una vez realizada la compra. Y es que el contacto post-compra con representantes de la empresa, el medio y el tono de respuesta son también partes críticas, influyendo negativa o positivamente en la visión que se forman de la marca.

Con un objetivo claro de satisfacción pero sobre todo de conservar al cliente, las empresas se centran en realizar inversiones poniendo el foco en las quejas y consultas post-venta. Ahora bien,
no sólo con el espíritu de cubrir las necesidades del consumidor sino más bien para predecirlas.

2.- Personalización: también, en un artículo publicado con anterioridad, se hacía alusión a la necesidad actual de sentirse aceptado en la sociedad. Al sentir una vinculación (que no significa que haya sido real) o vivimos la “experiencia del lujo” es cuando “mejor” y “más” aceptados nos sentimos. Un claro signo identificativo de que tiene más valor el “tener” que el “ser”.

Estaremos todo de acuerdo en que el lujo nos proporciona exclusividad entre otras cosas. Pues bien, en esto se están basando las grandes producciones en masa, ofertando la personalización de sus productos con un evidente propósito de complacer a esa demanda llamada “experiencia del lujo”

3.- Identidad e innovación: en un mundo globalizado en el que las situaciones políticas, económicas, culturales, climáticas, etc. están jugando un papel trascendental, no podemos ni debemos obviar la situación de inmigración que se está viviendo y que sin duda alguna, repercute en los hábitos de consumo. Esta alteración provoca una tensión entre lo global y lo local poniendo en cuestión la identidad nacional.

Si una de las labores principales ha sido conocer a nuestro público objetivo, a día de hoy las empresas están siendo forzadas a repensar quiénes son realmente sus audiencias y en diferentes países, analizando de manera individual cómo actuar con cada una de ellas.

4.- Privacidad y seguridad: se percibe una ansiedad muy definida por permanecer sanos y salvos en este mundo tan inestable. Nos preocupa, y mucho, la seguridad personal y la de nuestros seres queridos. Se experimenta esperanza mezclada con la desconfianza que nos genera la inteligencia artificial y la tecnología.

5.- Bienestar como símbolo de estatus: por todos es bien sabido lo importante que es comer sano, hacer ejercicio, yoga, etc. no vamos a descubrir nada nuevo a estas alturas (en este aspecto quiero decir). Sin embargo, una vida saludable se está convirtiendo en un símbolo de estatus donde el alarde de su pasión por el bienestar se ve reflejado en Instagram por ejemplo.

Imágenes de las vacaciones en la montaña de retiro espiritual en posición de loto y con ropas blancas, cuerpos tonificados en piscinas y playas y, que no se nos olvide, tomando una sopa de mijo en el spa de moda.

6.- La fascinación por la autenticidad: la autenticidad está siendo uno de los valores más a tener en cuenta por los consumidores. El año pasado, 2016, se identificó a la palabra “auténtico” como clave a la hora de vender artículos en la plataforma eBay. Se persigue lo genuino y real, sea en los alimentos, en una cerveza o una barra de labios, aún si es forzado.

7.- Envejecimiento: estamos batiendo récords y es que este año 2017, casi un cuarto de la población mundial tiene más de 50 años. Es un segmento de la población que está transformando poco a poco los formas de consumo dando lugar a un término conocido como la “economía de la longevidad”.

Se destaca la versatilidad de su estatus y las expectativas de una demografía más longeva y trabajando más años, pero en la que dan prioridad al bienestar.

8.- Compras más rápidas: los consumidores están ansiosos e impacientes en busca de la gratificación inmediata. El mundo digital ha traído consigo el “IWWIWWIW”; es decir, I want what I want when I want it”.

Por lo que a las marcas no les ha quedado más remedio que responder a este nerviosismo con modelos de negocio acelerados. Desde entregas en una hora hasta ofertas por medio de tecnología beacon, en la que el consumidor y/o cliente recibe diferentes notificaciones durante el tiempo que está en la tienda, enriqueciendo así la experiencia y aumentando las posibilidades de venta.

9.- Extraordinario: “los consumidores extraordinarios” están acaparando gran parte del protagonismo y especificando sus necesidades. Internet ha permitido darles voz y demandan más opciones de compra únicas, personalizadas, exóticas, diseños que garanticen soluciones y por supuesto, discutir sobre ello.

10.- Consumidores en entrenamiento: las situaciones familiares actuales lanzan a los más jóvenes al consumo en etapas cada vez más tempranas. Y digo bien, consumo. El padre o la madre es quien paga convirtiéndose en el cliente final pero teniendo como principales consumidores a los hijos.

El acceso a la red desde el sofá y por lo tanto a una vida en línea, permite que los padres busquen la opinión (en muchos casos equivocada) en decisiones como dónde ir a cenar, que coche comprar o qué ropa vestir.

En definitiva, las tendencias son las que son y es muy difícil parar esta maquinaria, pero como opinión personal y considerándolo un factor a tener muy en cuenta, este crecimiento en el consumo está influyendo en nuestro entorno. No puede haber un crecimiento poblacional, económico e industrial ilimitado en un planeta de recursos limitados.

Es necesario cuestionarse la relación que se establece entre calidad de vida y consumo. La clave para un nuevo modelo de retail sostenible se basaría en un diseño integral, capaz de generar
beneficios no tanto cuantitativos como cualitativos.

Es una responsabilidad de todos estar al corriente de las posibles futuras consecuencias y así podamos educar a generaciones venideras. Seamos consumidores, clientes o empresas, es indiferente, personas en cualquier caso. Es una voluntad de todos el intentar, al menos, que no sea pan para hoy y hambre para mañana.

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